Estrategias comunitarias revitalizan el patrimonio visual, ritual y gastronómico de Tihosuco, en Quintana Roo
En medio siglo de resistencia de la llamada Guerra de Castas, Tihosuco, en el municipio de Felipe Carrillo Puerto, Quintana Roo, experimentó un proceso de despoblamiento que se revertiría a partir de 1932, con la llegada de familias yucatecas de Chichimilá, Tekom, Ticum y Tixcacalcupul, de ahí que este lugar “resurge desde la diferenciación cultural, lingüística e, inclusive, arquitectónica”, señaló la profesora e investigadora de la Universidad para el Bienestar Benito Juárez García (UBBJ), Alicia Herrera.
Desde estos elementos, los cuales hacen de Tihosuco una excepción, es que se han gestado diversos proyectos culturales para visibilizar y crear conciencia en sus habitantes, sobre la importancia de su patrimonio visual, ritual y gastronómico, los cuales fueron presentados por las jóvenes mujeres que los encabezan, en la X Jornada Distintas Miradas sobre las Ciudades Históricas.
La actividad, organizada por la Secretaría de Cultura federal, a través de la Coordinación Nacional de Monumentos Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), conmemora una década con la revisión de ejemplos del patrimonio edificado de Belice y Quintana Roo, invitados de la 35 Feria Internacional del Libro de Antropología e Historia (FILAH).
Cabe recordar que hace un lustro, Tihosuco fue declarado Zona de Monumentos Históricos, pues entre sus calles destacan 31 edificios construidos entre los siglos XVII y XIX: templos, exconventos, cementerios, escuelas y edificaciones civiles, testigos de su pujanza económica en época colonial, cuando fue asediado por piratas y filibusteros, además de haber sido sede de un conflicto que, a la postre, desencadenaría en la llamada Guerra de Castas.
Desde la Biblioteca Pública “Santiago Pacheco Cruz”, mujeres mayas se enlazaron virtualmente al Museo Nacional de Antropología, en la Ciudad de México, para platicar de las iniciativas con las que buscan recuperar parte de la memoria colectiva de esta localidad, cuyo significado es “Cinco rumbos”.
Paulina Poot Xix, Karen Esther Chan Canul y Alba Mex Pot son egresadas de la licenciatura en Patrimonio Histórico, Cultural y Natural de la UBBJ, campus Tihosuco, y han emprendido, de manera respectiva, la construcción de un archivo fotográfico, una fonoteca digital y un recetario, que podrían incidir en la revitalización de la memoria, las tradiciones y los sabores de su terruño.
Paulina Poot dijo que es descendiente de esas familias que migraron en los años 30 del siglo XX, hacia Tihosuco, y su propuesta empezó al hojear los álbumes familiares, lo que significó un reencuentro con sus raíces. Esta experiencia, comentó, debieran tenerla cada uno de sus pobladores, por ello, con el consentimiento de los mismos, ha conformado un archivo fotográfico de la localidad, cuyas imágenes ya fueron expuestas en un museo comunitario.
Por su parte, Esther Chan se interesó por la ritualidad de su comunidad, al pertenecer a una familia de rezadores. Hasta el momento, ha recopilado una decena de paisajes sonoros, entre ellos, las novenas y cantos a difuntos, novios, a los santos y a la Virgen de Guadalupe, a cargo de los gremios de la Santa Cruz y de la Resurrección, cuyo calendario ritual que va de noviembre a mayo.
Esa labor investigativa, le llevó a rastrear algunos documentos: “al acercarme con los abuelitos que aún trabajan en la milpa, me mostraron sus libros de oraciones y me contaron que hicieron el trabajo de traducción de muchas de ellas, del latín a la lengua maya. Hoy, eso se está perdiendo, pocos rezan en maya, y menos en latín”, abundó.
Asimismo, Alba Mex Pot se acercó a las mujeres mayores para adentrarse en la gastronomía ancestral, otra herencia que poco a poco se diluye, ante el desinterés de las jóvenes generaciones. El tiempo compartido con las cocineras locales le ha permitido reconocer que, “a través de sus conocimientos, transforman los ingredientes en un gran platillo, el cual se vuelve un recuerdo”, por lo que tiene el interés de que esta memoria oral se difunda en el museo comunitario y, por su puesto, en un recetario.
Finalmente, la directora de la Biblioteca Pública “Santiago Pacheco Cruz”, María Guadalupe Buenfil Tamayo, abordó las actividades dirigidas a las infancias de Tihosuco, desde los préstamos de publicaciones y círculos de lectura, hasta la programación veraniega, cuando en periodo vacacional, niños y niñas hacen de este antiguo inmueble su segunda casa.