50 aniversario del Cereti Soconusco
Por: Ing. Alonso Guzmán Jiménez
Tapachula, Chiapas 14 de septiembre de 2024.-La historia de la educación superior en el estado de Chiapas es de larga data. La primera Universidad de Chiapas se funda en 1679, ligada a la Universidad de San Carlos, la cual había sido creada dos años antes en la entonces Capitanía General de Guatemala. A ese primer suceso le sucederían una serie de hechos, desapariciones y fundaciones de universidades y escuelas de educación superior a lo largo de tres siglos, hechos que acontecieron en las ciudades de San Cristóbal de Las Casas y Tuxtla Gutiérrez, las cuales tuvieron los privilegios de la educación superior desde entonces.
Ahora que estamos festejando los 200 años de anexión de Chiapas a México, hay que decirlo, la región del Soconusco formalizó su pertenencia a México hasta el año de 1842, pues nuestra identidad cultural estaba más ligada a Guatemala que a Chiapas y desde siempre habíamos sido independientes y sufrido el abandono del centro de Chiapas y de México.
Esa celebración bicentenaria, nos permite igualmente rememorar la fundación de la primera institución de educación superior en el Soconusco; recordar justamente que, con mucho orgullo, con la fuerza y el ímpetu de la juventud tapachulteca, con el respaldo de paisanos nuestros que fungían como funcionarios del Centro Nacional de Enseñanza Técnica Industrial en la Ciudad de México (Aristófanes Ávila Urrutia, Felipe Arellano Méndez y Oscar de la Cruz Palacios), la política de descentralización de la educación superior, la ciencia y la tecnología impulsada por el presidente Luis Echeverría Álvarez y la voluntad política del gobernador Manuel Velasco Suárez, en el marco del sesquicentenario de la Anexión de Chiapas a México, se creó, un día como hoy, la primera institución de educación superior contemporánea del Estado de Chiapas: El Centro Regional de Enseñanza Técnica Industrial del Soconusco, mismo que empezó a operar el 5 de enero de 1975 cuatro meses antes que la Universidad Autónoma de Chiapas.
Como integrante de la primera generación de esa institución pionera en nuestra región, me es grato exponer ante ustedes esta breve reseña histórica y el mensaje sensible de alguien que se forjó en los embates de las luchas estudiantiles de entonces que culminaron con la fundación de dos grandes instituciones hermanas: el CeRETI Soconusco y la Universidad Autónoma de Chiapas.
Como todo inicio, empezamos en espacios improvisados y con falencias logísticas de todo tipo, pero nada nos detuvo; pues con el ánimo y la energía de nuestros excelentes profesores pioneros; recuerdo con gran cariño a Alirio Rojas, a Manuel Vuelvas, y otros muchos que la memoria no me ayuda a recordar, quienes con su experiencia, enseñanzas y compromiso docente y, impulsados por nuestros sueños de ser profesionistas, nos orientaron éticamente por los caminos de la ingeniería civil e industrial.
Ante todas las carencias, nos unía siempre la solidaridad y la empatía y nos impulsaba el deseo de ser profesionales de la ingeniería para el beneficio del Soconusco, de Chiapas y de México. Ayudó mucho el carácter abierto, festivo y solidario que caracteriza a nuestra gente de la costa de Chiapas.
Con el paso del tiempo llegamos a tener instalaciones de avanzada educativa que se construyeron con celeridad y modelos de enseñanza innovadores de una de las instituciones internacionales más avanzadas de nuestro país: el CeNETI.
La nube negra que siempre se ha extendido en las instituciones de educación de reciente creación tocó de manera fulminante al CeRETI Soconusco. Si el año 1979 fue para la UNACH una época de grandes conflictos, los años 1981 y 82 fueron para nuestra institución los años de su colapso. En abril de 1983, Miguel de la Madrid extinguió irremediablemente uno de los sueños que impulsó el México moderno de Adolfo López Mateos, cristalizado aquí por la juventud del Soconusco, afortunadamente, el CeRETI Soconusco se transformó en el actual Instituto Tecnológico de Tapachula que continuó la tarea educativa, en el marco de un sistema educativo creciente, aunque con una perspectiva tecnológica más nacionalista e institucional.
Felizmente, el Instituto Tecnológico de Tapachula, sus profesores, estudiantes y personal administrativo, son los legítimos herederos de este esfuerzo colectivo de la sociedad tapachulteca, en ustedes se refleja la historia del CeRETI; ustedes llevan en su ser los genes del conocimiento, los genes de nuestra cultura, los genes, en fin, de la libertad, la igualdad y el desarrollo a través del conocimiento técnico al servicio de la Patria.
Que viva el CeRETI Soconusco
Que viva el Instituto Tecnológico de Tapachula
Larga vida a la educación superior en el Soconusco.