Columna Sur
Héctor Narváez
La verdadera Sasil
En los últimos días, la Senadora por segunda ocasión de Chiapas ha estado en “el ojo del huracán”.
Y se ha visto “la otra cara de la moneda” de quien en este año buscó ser candidata de Morena a la gubernatura.
La verdadera Sasil. A muchos engañó esta joven, pero las cosas han salido a flote de quien ha tenido la fortuna de estar en el poder.
Regando el tepache
Como ya lo he escrito en mi fanpage de Héctor Narváez MX: esta “chica”, poco o nada sabe de política.
Sobresalió en la administración de Manuel Velasco como Directora del Instituto Estatal de la Mujer, en donde se fraguó un descomunal fraude con los recursos que dieron de ayudar a las madres solteras de Chiapas.
Después, en el 2018 pasó del Verde Ecologista a Morena como Senadora, desplazando a otros militantes que se merecían ese espacio, incluso a fundadores de este partido desde el 2015. Y de ahí, no hizo gran cosa como legisladora a favor del estado, aunque sí emprendió su campaña anticipada a partir del 2021 por la gubernatura.
Traía estrella –“la bendición” desde Palacio Nacional–, que le permitió tener los apoyos necesarios en el estado, incluidos los presidentes municipales para financiarle su proselitismo, pero no supo convencer a los morenos ni a los verdes ni a los militantes de los partidos aliados y terminó estrellada.
A pesar de su fracaso, fue rescatada por “un acuerdo nacional” que le permitió no solo repetir en la Senaduría, sino de nueva cuenta acomodar a familiares y allegados en diferentes cargos, para seguir sobreviviendo en el erario, mientras se vienen mejores tiempos y así pueda retomar el camino para la gubernatura de Chiapas para el 2030. La cuestión, es que a Sasil le dieron tiempo extra para continuar en el juego, nada más que “la chamacuela” no entiende que los escenarios ya cambiaron y “está regando el tepache”.
El verdadero “despecho”
Se sabía desde hace tiempo que la Senadora era muy asidua a fiestas y parrandas, hasta que ella misma se evidenció en ese bar de la Ciudad de México.
Lo que publicó el periodista Claudio Ochoa en su columna de El Universal, no está lejos de la realidad; hasta podría decir que se quedó corto: a la legisladora de Chiapas le gusta la buena vida y es algo que no disimula, a pesar de que su salario no alcance para tanto.
Lo otro, que le tiraron la diputación local plurinominal a su cuñada, era algo inevitable: desde campaña, se conocía que ella pidió ese espacio, a pesar de que le habían advertido que era para un sector específico, pero se encaprichó y no quedó de otra que hacerle su gusto. Hoy, Sasil recibió las consecuencias de sus malas negociaciones y sus malas decisiones.
Como aquello de que metió a su hermana como suplente en la fórmula al Senado, con la promesa de que le darán un cargo en el próximo Gobierno Federal, y por eso cuando pida licencia a esa curul, quedará alguien de su familia, lo cual es un asunto que también no tardará que le explote, porque en los próximos días se podría dar ese movimiento. Y entonces, en lugar de posicionarse, comenzaría el verdadero “despecho” de su corta carrera política.
La verdadera Sasil. No cabe duda que los políticos cuando quieren un puesto importante, nos muestran su mejor cara, tapan sus errores y saben ocultar sus más oscuros secretos, pero después que pasan las campañas, se quitan las máscaras y dejan ver su rostro auténtico, salen a flote sus defectos y su ambición de que solo buscan el poder para su beneficio personal y de los suyos, mientras al pueblo únicamente lo utilizan cuando necesitan el voto y después ya ni se acuerdan de lo que prometieron.
Moraleja: Caras vemos… ¡Pero mañas no sabemos!
Al margen: ¡Que error!
Ya empezaron los problemas para el Gobierno entrante de Claudia Sheinbaum. Resulta que su equipo invitó al Presidente de España, y no al Rey, a la toma de posesión.
¿En qué cabeza cabe hacer este tipo de cosas? ¿Qué no saben de política y de diplomacia internacional? Que error. ¡Hasta parece que lo hacen a propósito!
Por último: ¡Hasta que dieron una!
Los nuevos Diputados Federales tuvieron su primer acierto: aprobaron que el salario mínimo nunca sea menor que la inflación.
Aunque falta ver los mecanismos para que los empresarios cumplan con esto, pero es una buena decisión. Hasta que dieron una. ¡Ojalá no sea lo único!
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