Comparte el Museo Tamayo retratos, dibujos, fotografías y objetos personales de Olga Tamayo
- La exposición "Olga, un retrato dinámico" permanecerá en exhibición hasta el 13 de octubre en el Museo Tamayo
El Museo Tamayo presenta «Olga, un retrato dinámico», la primera exposición enfocada en la figura de Taide Olga Flores Rivas (Ciudad de México, 1906-1994). La muestra alberga retratos, dibujos, fotografías y objetos personales, asimismo materiales del archivo que Olga Tamayo conformó durante 60 años, los cuales permiten conocer aspectos de su actividad profesional, intereses y prácticas cotidianas.
Asimismo, da cuenta de facetas poco conocidas de su vida, como su formación como concertista de piano y su exquisito interés por el mundo de la moda. La exhibición destaca su participación como gestora en la concepción del Museo Tamayo y en la conformación de su colección.
En la muestra se aprecian diversos retratos de Olga Tamayo, realizados por su esposo, Rufino Tamayo, en los que plasma el afecto, respeto y admiración que sentía hacia ella. En ellos logra una síntesis al capturar lo esencial de las formas y el color en la figura de Olga.
La obra Olga, retrato dinámico (1958) presenta un día de trabajo de la promotora, condensando las actividades diversas que ella realizaba (negociaciones, llamadas, revisión de correspondencia, etc.), con una visión futurista.
En la muestra destaca una carta dirigida a Inés Amor, fundadora de la Galería de Arte Mexicano, de 1940, en la que Olga se asume como manager de Tamayo. En ella declara: “Rufino pinta los cuadros y yo hago todo lo demás”. Olga se dedicó a establecer conexiones con galerías y museos, aceptando o declinando muestras, seleccionando obras, planeando exposiciones y llevando un registro pormenorizado de las piezas.
En su papel de dealer fue una dura negociadora: decidía precios e imponía condiciones de pago a los coleccionistas, estableciendo una zona de influencia y poder dentro de las distintas esferas sociales, políticas y culturales de México.
Las cartas enviadas en 1965 por Carmen Barreda, directora del Museo de Arte Moderno (MAM), muestran a Olga confiada al determinar el número de piezas que se adquirirían por dicho recinto. Posteriormente, en 1973, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través de Fernando Gamboa, director del museo, adquirió 33 obras de Tamayo para integrarlas al acervo del MAM.
Las obras anteriores no fueron las primeras adquiridas por el Inbal, ya que Gamboa había insistido en obtener el cuadro Músicas dormidas (1950) por el éxito obtenido en la XXV Bienal de Venecia. Actualmente, el MAM conserva 37 obras que muestran un panorama de la producción artística de Tamayo.
También resulta interesante ver en Olga un interés por el mundo de la moda. No solo proyectaba vitalidad y encanto, sino que era consciente de la dimensión política de su vestir dentro de las relaciones de poder. Durante un tiempo utilizó trajes tradicionales de tehuana y yalalteca como símbolo de identidad.
Con el paso de los años, desarrolló un gusto por la alta costura de diseñadores radicados en México, como Marguerite Rostan, Henry de Chatillon, Armando Valdés Peza y Manuel Méndez; mientras que en París adquirió diseños de Jean Patou, Christian Dior y Cristóbal Balenciaga.
Para complementar su vestimenta, utilizaba joyería que reflejaba su sensibilidad por el arte moderno y su interés por las culturas antiguas. Entre su colección se encuentran piezas de William Spratling (1900-1967), artista de la plata que integró motivos precolombinos en sus diseños, así como de Alexander Calder (1898-1976), cuyos diseños de líneas sencillas fueron pensados específicamente para sujetar el característico chongo de Olga o para elaborar un prendedor con sus iniciales “OT”.
La muestra «Olga, un retrato dinámico» permanecerá en exhibición hasta el 13 de octubre en el Museo Tamayo, ubicado en Paseo de la Reforma y Gandhi, Bosque de Chapultepec, alcaldía Miguel Hidalgo. Abierto de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 horas.