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La transformación educativa en Chiapas es un referente de una nueva estrategia que busca rescatarla del abandono en el que estuvo

Gran incertidumbre ha generado entre la comunidad estudiantil el anuncio del cierre definitivo de la Universidad UVM en la capital chiapaneca, sin embargo, es fundamental dejar en claro que esta medida no obedece a factores locales, ni a falta de garantías por parte del gobierno actual, ni mucho menos a temas de seguridad o gobernabilidad.

La propia institución fue clara en especificar que esta acción forma parte de un “nuevo enfoque estratégico en la prestación de servicios educativos a nivel nacional”, derivado de ajustes internos que la UVM ha tenido que aplicar para garantizar su sostenibilidad operativa.

Lo cierto es que el cierre de la UVM en Chiapas es un ejemplo contundente del abandono y la falta de inversión educativa por parte de las administraciones anteriores, durante años, se relegó al estado de Chiapas en términos de infraestructura y fortalecimiento académico, mientras se favoreció el crecimiento de campus y subsidios en regiones como el centro del país y en estados vecinos.

Las administraciones pasadas priorizaron el beneficio de empresas foráneas, desviando recursos y oportunidades de desarrollo hacia otras entidades, sin tomar en cuenta el potencial educativo, económico y humano de Chiapas.

Hoy, sin embargo, la historia está cambiando, la nueva administración ha tomado la firme decisión de que el dinero se quede en manos de empresas chiapanecas, con una política clara de inversión local que favorece a quienes realmente conocen y apuestan por el desarrollo de nuestra tierra.

Esta visión no es discurso: pronto se verán los frutos de esta estrategia con una recuperación económica basada en el impulso de empresas chiapanecas, lo que traerá consigo generación de empleos, nuevas oportunidades de negocio y mejores condiciones para que las y los jóvenes se formen profesionalmente sin necesidad de emigrar.

La UVM, por su parte, ha ofrecido alternativas responsables para sus estudiantes, incluyendo la reubicación en campus de otros estados como Veracruz, Villahermosa, Puebla y Mérida, así como el acceso al Campus Online y la posibilidad de transferirse a instituciones locales con las que ya se han firmado convenios. Cada alumno recibirá una propuesta individualizada para garantizar la continuidad de su formación.

La salida de la UVM no es un retroceso, es el cierre de un ciclo mal administrado por otros, y la oportunidad de abrir uno nuevo con rostro chiapaneco, hoy Chiapas se construye desde adentro, con talento local, con empresas locales y con una visión que apuesta por el futuro de su gente.

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