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MSF refuerza la asistencia móvil tras aumento de caravanas en el sur de México, pide a las autoridades vías seguras de migración.

Desde finales de octubre Médicos Sin Fronteras (MSF) ha redoblado la provisión de asistencia móvil en el sur de México, brindando cientos de consultas médicas en los estados de Chiapas, Oaxaca y Veracruz, ante el drástico aumento de las caravanas de migrantes, que se mueven en grupos intentando disminuir la exposición a eventos de violencia en su camino hacia la frontera con EE UU. MSF hace un llamado a las autoridades aproporcionar vías seguras de migración y reforzar los servicios básicos disponibles para las personas en movimiento.

Los equipos de MSF realizaron 855 consultas médicas tras asistir en la llegada de ocho caravanas compuestas por unas 5.000 personas entre el 24 septiembre y el 8 de noviembre, seis de ellas en las últimas tres semanas, y que habían partido originalmente de la ciudad de Tapachula, en la frontera con Guatemala. En los próximos días las autoridades esperan la formación de nuevas caravanas masivas y su tránsito por diferentes puntos del sur de México.

“La violencia a la que están expuestos jóvenes, niños, niñas, mujeres y hombres de todas las edades a su paso por México, incluidos secuestros, extorsiones o violencia sexual, les obliga a desplazarse en caravanas como mecanismo de protección”, denuncia Ricardo Santiago, coordinador de proyectos de MSF en el sur de México. “Las caravanas cada vez son más multitudinarias. Si en septiembre y octubre estaban integradas por unos pocos centenares, ahora van miles de personas”.

Las caravanas son la punta del iceberg del fenómeno migratorio en México, donde entre enero y agosto de 2024 se reportaronmás de 925.000 eventos de personas en situación migratoria irregular, un aumento del 131 % respecto al mismo periodo del año anterior, según datos oficiales.

“Aparte de la violencia otros factores que llevan a las personas migrantes a agruparse en caravanas son la saturación de los servicios para tramitar solicitud de refugio en México, la alta demanda de solicitudes de asilo a través del sistema estadounidense CBP-One y la demora en las respuestas”, explica Santiago. “Más allá de las caravanas existe una población migrante enorme y muy vulnerable a la que resulta muy complejo llegar y brindar la atención médica que necesita”.

Las intervenciones de Médicos Sin Fronteras tuvieron lugar en las localidades de Santiago Niltepec, La Venta, Sayula de Alemán y Huixtla, y entre las personas atendidas había pacientes con enfermedades respiratorias agudas, osteomusculares, afecciones de la piel y gastrointestinales debido al consumo de agua no potable, las largas caminatas y las altas temperaturas.

También se atendieron casos de enfermedades crónicas como hipertensión arterial, asma y diabetes, se hicieron consultas de salud sexual y reproductiva, y una niña en estado grave con un pie infectado tuvo que ser derivada a un hospital con el apoyo de las autoridades.

Ariel, una joven venezolana, viajaba en un grupo de 11 personas, en su mayoría familiares. “En Tapachula la situación económica no es favorable para los migrantes, una golosina te cuesta lo mismo que un almuerzo y eso no tiene lógica; los arriendos o los hospedajes en los hoteles son demasiado caros y no contamos con apoyo. No podemos tomar un autobús, no hay rutas seguras, tampoco nos dejan pasar. La única opción es salir en caravana”, relata mientras espera a ser atendida en una clínica móvil en Sayula de Alemán.

“Siento que soy una persona indigente. Nadie te recibe con los brazos abiertos”, afirma Ariel entre lágrimas.

La violencia y las dificultades afrontadas durante el proceso migratorio causan un gran impacto en la salud mental de las personas migrantes. La ansiedad, el estrés agudo, la depresión y el trastorno por estrés postraumático son las principales situaciones atendidas por los equipos de MSF en las 69 consultas individuales de salud mental realizadas durante estas últimas caravanas.

Daniel Bruce, jefe de base de MSF en Tapachula, recuerda una situación vivida en Huixtla el pasado 8 de noviembre cuando vio a un hombre correr y tirarse en una esquina, taparse con algunas ropas y llorar desconsolado. “Le pregunté si estaba bien y él solo me abrazó y lloró. El equipo pudo atenderlo, contenerlo y darle herramientas para afrontar lo que estaba viviendo”. Bruce agrega que también asistieron a una persona que había sido secuestrada. “Le habían quemado las manos y torturado durante su cautiverio”.

“Somos testigos cada día del sufrimiento y de la invisibilizaciónde la población migrante y del impacto en su salud física y mental. Desde MSF insistimos en la necesidad de abordar las consecuencias de la violencia, proporcionar vías seguras de migración y reforzar los servicios básicos disponibles para las personas en movimiento, incluida la atención en salud y espacios donde puedan descansar dignamente”, subraya el coordinador para proyectos en Tapachula, Daniel Bruce.

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