Capítulo 2/7: Diplomacia Estratégica desde el Sur Global
Capítulo de Opinión, Por J. Eduardo Pineda Arenas
En un mundo donde las tensiones entre bloques geopolíticos alcanzan su punto más álgido, nuestra región tiene una oportunidad única de brillar con luz propia. Hoy, mientras el escenario global se redefine, los países en desarrollo tienen un papel clave como mediadores, proveedores estratégicos y eslabones en una economía global que busca estabilidad.
Nuestra ubicación y recursos naturales nos colocan en una posición privilegiada para ser un puente entre las naciones desarrolladas del norte y las emergentes del Sur Global. Esto nos permite, no solo participar, sino liderar conversaciones sobre desarrollo sostenible, comercio justo y cooperación internacional.
Nuestra región: El corazón de las oportunidades globales
En medio de esta fragmentación global, nuestra región puede asumir un papel central. La cercanía al gigante norteamericano nos convierte en un socio estratégico para las cadenas de suministro regionales, mientras que nuestras raíces culturales y posición geográfica nos conectan con Centroamérica y el Sur Global. La posibilidad de posicionarnos como un eje para el comercio regional y un nodo diplomático entre bloques económicos es una oportunidad que no podemos dejar pasar.
Autosuficiencia como herramienta de negociación
El camino hacia esta posición privilegiada comienza con una base económica sólida. La autosuficiencia no solo es un ideal interno, sino una herramienta poderosa para negociar en el escenario global. Producir lo que consumimos y exportar productos con valor agregado nos permitiría no solo fortalecer nuestra economía local, sino también demostrar al mundo nuestra capacidad de responder a los retos globales con innovación y sostenibilidad.
Desde energías limpias hasta la transformación de recursos naturales en productos tecnológicos, cada sector tiene el potencial de volverse un pilar en este modelo. Nuestra riqueza agrícola, forestal y minera es un recurso invaluable para un mundo en crisis de suministro, pero necesita ser gestionado estratégicamente para maximizar sus beneficios.
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El poder de la diplomacia económica*
En un entorno internacional dividido, nuestra región puede desempeñar el rol de mediador entre dos grandes bloques: el Bloque Anglosajón y los BRICS+. Este posicionamiento no solo debe ser político, sino también económico. Mediante la diplomacia estratégica, podemos negociar acuerdos que nos permitan acceder a mercados y tecnologías de ambos bloques, al mismo tiempo que preservamos nuestra soberanía económica.
La clave está en convertirnos en un actor indispensable. Ser el puente entre ambos mundos no solo atraerá inversión extranjera y colaboración tecnológica, sino que también consolidará nuestra relevancia como un punto estratégico en la geopolítica global.
Preparando el terreno para el futuro
El reto no es pequeño, pero es posible. La cooperación entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil será fundamental para articular una visión unificada que pueda ser presentada al mundo. Cada proyecto, cada inversión y cada esfuerzo para desarrollar nuestras capacidades locales contribuirá a fortalecer nuestra posición en este complejo tablero internacional.
El futuro nos llama a actuar con determinación y visión. Este momento no solo define la dirección que tomará nuestra región, sino también nuestro papel en un mundo que busca estabilidad y liderazgo.
Extracto para el próximo capítulo:
«En el próximo capítulo, profundizaremos en cómo nuestra riqueza natural puede ser transformada en motores de desarrollo sostenible, generando oportunidades para todos y consolidando un modelo económico que inspire al resto del mundo.»_