MUNDO

PRESENTACIÓN DE LA OBRA ¡MÉXICO MÍO!

Escribe Carlos Rod. Sumuano

Grandes personalidades de variados grupos literarios de nuestra región se dieron cita allá en Residencial Los Tulipanes, para formar parte de la presentación del libro “Mexico mío”.


En el presídium estuvieron el maestro Hugo Cueto Cisneros, Norma Leticia Arellano Peñuelas (moderadora), doña Celsa Orduña (autora), Carlos R. Sumuanmo (un servidor) y Yolanda López Ordaz. El programa fue guiado por el maestro Miguel Angel Lara Herrnández que fungió como maestro de ceremonias. Miguel Angel nombró a los actores de dicho acto con los correspondientes aplausos.
Norma tomó la palabra para destacar la aportación de la señora Celsa como escritora de esa importante investigación de la gastronomía mexicana, así como los lugares emblemáticos y personajes ilustres. También recalcó de manera breve la trayectoria de los tres presentadores y de la autora.
Siguió un servidor de ustedes con un discurso que reescribí líneas más abajo.

El maestro Hugo Cueto con su hablar grave y pausado se esmeró en sus palabras al indicar la regia personalidad, el valor y la sabiduría de doña Celsa; además de mencionar una receta de cocina muy especial de la autora, la preparación de la sabrosa jaiba.


Yolanda, la guapa escritora, contó a grandes rasgos la gastronomía nacional descrita en el libro, destacando la receta del estado de Tamaulipas; mas, sus palabras acerca del Estado de Oaxaca resultaron certeras al expresar sus bienes culturales, sus recursos y que en esa parte de nuestra nación nació el Benemérito; además de hablar de las famosas tlayudas de esa región. También indicó que ella misma tiene raíces de ese bello Estado.


Por último, variadas personas de entre el público tomaron el micrófono para expresar sus sentimientos, destacándose el Ing. Miguel Ángel Salazar Orduña, hijo de la autora, quien expresó el grande amor que siente por su mamá, que siempre la apoyaría, y que ya muchos quisieran tener “las pilas” que ella tiene.
El autor de estas líneas brindó el siguiente discurso acerca de tan portentosa obra:
— Damas, caballeros, muy buenas noches. A invitación expresa del doctor y escritor Hugo Cueto, tengo el grandísimo honor de ser presentador de una magna obra nombrada “México mío”, cuya autora es doña Celsa Orduña.


Hablando en un sentido metafórico, esta obra no es un libro ¡es un tesoro! Porque en sus páginas la autora va palabra tras palabra describiendo los recios valores de la República Mexicana, empezando con su capital, la ciudad de México, y siguiendo con la descripción geográfica, su patrimonio, sus riquezas culturales, sus personajes ilustres y sobre todo su variada y rica gastronomía de cada Estado de nuestro país.


Cuando digo de sus patrimonios, pueden ser históricos edificios, sagradas iglesias, ruinas con sus pirámides o de la naturaleza misma como es el caso de Michoacán con su legado natural de la mariposa monarca que como migrantes naturales llegan miles de esos bellos insectos alados a ese Estado para procrear ¡para dar vida!


Cuando digo personajes ilustres este libro habla de las personas que han nacido allí y que se han destacado ya sea en las ramas de la ciencia, del arte, de la poesía, incluso de algunos cantantes y actores de la cinematografía que tanta fama dieron a su terruño, y se habla mucho también de los héroes que dieron su sangre por la patria. Precisamente cuando la autora habla de Chiapas sobre este tema, ella nos cuenta de nuestra cantante tapachulteca Amparo Montes, y nos habla del escritor Rodulfo Figueroa que es en realidad nuestro poeta clásico.


Mas, por ser la autora una señora de hogar, su obra parece especializarse en la gastronomía nacional, porque de cada Estado, ella describe los ricos alimentos, los platillos favoritos de sus habitantes. Así, ella habla de guisos, caldos, barbacoas, sopas. mixiotes, tacos, tlayudas, moles, pucheros, ensaladas y todo ello con todo y su buen explicado recetario.

Cuando la autora describe la composición de los tamales de chipilín de nuestro Chiapas, francamente, sentí el olor de dicho chipilín y otras especias, y aunque no lo crean sentí hambre.


Me causó mucha admiración solo de imaginar la enorme labor de doña Celsa para ir recopilando datos, para buscar nombres, fechas, hechos históricos, para ponerle su experiencia, sus conocimientos paso a paso, página a páguna de esta obra. Mas, a pesar de solo plasmar la esencia de cada Estado, este libro está impreso ¡con más de 230 páginas! Es un orgullo que la autora de este libro sea nuestra paisana ¡que sea Chiapaneca! En fin, que doña Celsa plasmó sus palabras con amor lindando en los bordes de la pasión. Y esa pasión es la virtud más importante en el trabajo de un escritor.


En su dedicatoria de manera por demás humilde la autora plasmó la siguiente frase: “espero que les guste este trabajo, ya que puse en él mi sueño a realizar”. En lo personal tal como ustedes me han estado escuchando, estoy seguro así de que todo lector quedará encantado por su valiosísimo aporte cultural y su extraordinario valor de esta obra. Tal como dije al principio ¡este libro es más que un tesoro!

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