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La Crisis de Recolección de Basura en Tapachula: La Salud Pública en Peligro.

Damián Sánchez

Tapachula, una de las ciudades más importantes del estado de Chiapas, atraviesa una crisis de recolección de basura que está poniendo en riesgo la salud pública de sus habitantes, especialmente en las colonias del sur de la ciudad. Los residentes, como la señora Carranza, de la colonia 11 de Septiembre, están viviendo llevan más de una semana sin que pase el camión de basura, lo que ha obligado a las familias a acumular desechos en cubetas y bolsas, creando un foco de infección en sus viviendas.

«¡Ahí en Tapachula cómo me dueles!» exclama angustiada la señora Carranza. Su queja es solo un reflejo del malestar generalizado que se vive en muchas otras colonias de la ciudad. En tiempos pasados, los camiones de basura pasaban regularmente cada tres días, un servicio que, en apariencia, parecía suficiente para una ciudad de tamaño considerable. Pero ahora, los tapachultecos enfrentan una recolección de residuos se ha reducido drásticamente y solo un par de camiones se encargan de cubrir toda la ciudad. El resultado es una acumulación de basura en las calles y hogares, una situación que puede derivar fácilmente en brotes de enfermedades.

Es urgente que el gobierno municipal, encabezado por Mario Santizo, titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Ecología Municipal (SEDURBE), implemente un plan de emergencia para solucionar esta crisis. La falta de acción es evidente y los pobladores están perdiendo la paciencia. En la administración pasada, se contaba con un mayor número de camiones de recolección, incluso muchos rentados, lo que garantizaba un servicio más eficiente. Pero ahora, con recursos limitados, el servicio de recolección se ha vuelto insuficiente, dejando a los ciudadanos al borde de un colapso sanitario.

Los testimonios de los pobladores dan cuenta de una situación insostenible: «La basura ya reventó los gusanos. Si llueve, las coladeras se tapan de residuos», señalan. La acumulación de basura no solo es un problema estético o de incomodidad, sino una amenaza real para la salud pública, pues al estar al aire libre, los residuos atraen roedores y moscas, propiciando la propagación de enfermedades infecciosas. Además, el desbordamiento de las coladeras por los desechos acumulados genera problemas adicionales de drenaje, que solo empeoran la situación.

Tapachula no puede seguir esperando, y sus habitantes no pueden ser los únicos en cargar con las consecuencias de una gestión ineficaz. La ciudad merece una respuesta rápida y efectiva, y los responsables deben actuar con urgencia para resolver este problema antes de que los focos de infección se expandan aún más, poniendo en peligro a toda la comunidad.

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