POLICIACAS

Violencia imparable en Tapachula

Cuatro asesinatos en la última semana

Crece la Inseguridad por la Falta de Estrategia y Coordinación en la Seguridad

Tapachula, Chiapas; 04 de marzo de 2025.- La violencia continúa desbordándose en Tapachula, donde los asesinatos y ataques armados se han incrementado considerablemente en las últimas semanas, revelando un grave clima de inseguridad debido a la falta de coordinación entre los cuerpos policiacos y la ausencia de una estrategia eficaz por parte de las autoridades municipales.

Sábado 25 de enero: La ola de violencia comenzó con el hallazgo de un cuerpo sin vida en el tercer puente del río Texcuapan, en la colonia Monroy. El cadáver, que fue localizado flotando en aguas negras, movilizó de inmediato a las autoridades, quienes no lograron esclarecer las circunstancias del crimen.

Lunes 10 de febrero: La violencia se intensificó con el asesinato del médico cirujano plástico César Alberto Moisés Galán, ocurrido frente a la clínica donde trabajaba, en la intersección de la 2a Avenida Norte y la 15 Calle Poniente, en la zona centro de Tapachula. Un hombre con el rostro cubierto le disparó en diversas ocasiones. Este asesinato subraya la creciente violencia que afecta incluso a profesionales de la salud, sin que las autoridades puedan frenar el crimen.

Sábado 22 de febrero: Un hombre de aproximadamente 30 a 35 años de edad fue asesinado a balazos en la parada de combis de Nuevo Milenio, al sur de Tapachula. La ejecución a plena luz del día muestra la impunidad con la que los delincuentes operan en la ciudad, mientras la falta de acción por parte de las fuerzas de seguridad sigue siendo un tema recurrente.

Domingo 23 de febrero: Dos hombres asesinados en pleno centro de Tapachula, el incidente ocurrió minutos antes de las 14:00 horas en la Central Norte, entre Cruce de Centrales y Primera Poniente, donde fue localizado el cuerpo de un hombre con múltiples impactos de bala. Al lugar acudieron Paramédicos para brindar atención médica, pero la víctima ya no contaba con signos vitales.

Mientras tanto, una segunda víctima fue encontrada herida sobre la Primera Poniente y Segunda Norte, a las afueras de una institución bancaria. Paramédicos de la Cruz Roja acudieron al sitio y la trasladaron de urgencia a un Hospital para su atención médica.

Lunes 2 de marzo: En los primeros minutos del lunes, otro ataque armado se registró en el ejido Álvaro Obregón, donde un hombre identificado como Roberto Carlos D. M., de 30 años, fue herido de bala en la pierna. El ataque fue perpetrado por tres hombres que viajaban en una motocicleta azul. Aunque el lesionado fue atendido y trasladado al hospital, no pudo proporcionar más detalles sobre los atacantes, lo que refleja la falta de claridad y efectividad en las investigaciones y operativos de seguridad.

Lunes 3 de marzo: La violencia siguió su curso con el asesinato de una mujer de 39 años, en la segunda sección de La Cebadilla, en la zona baja de Tapachula, cerca del rancho Las Ranas. Dos sujetos en motocicleta le dispararon en repetidas ocasiones, confirmando nuevamente la fragilidad de la seguridad en la ciudad.

Este mismo día en las últimas horas del lunes en un ataque armado un hombre muere tras ser baleado en la 13 avenida sur y 28 calle oriente.

El ataque armado fue en la colonia Calcáneo Beltrán, resultando herido un hombre, quien horas después fallecería en el Hospital General de Tapachula.

Identificado como Leo acababa de llegar a dicho lugar con la intención de comprar algo para cenar, cuando dos hombres con armas calibre 9 milímetros y en motocicleta le dispararon a corta distancia en repetidas ocasiones. Dos proyectiles lo impactaron en la espalda. Quedando tirado en posición boca abajo. Los delincuentes, al ver que ya habían logrado su cometido decidieron huir.

Este espiral de violencia ha generado una creciente preocupación entre los habitantes de Tapachula, quienes claman por una estrategia de seguridad más efectiva y por la coordinación entre las autoridades municipales, estatales y federales. Los recientes hechos reflejan una alarmante incapacidad de las autoridades para enfrentar la ola de inseguridad, dejando a la población vulnerable y a los criminales operar con total impunidad.

El panorama se agrava aún más por la nula acción de los cuerpos policiacos y la falta de políticas preventivas, lo que aumenta la desconfianza en las autoridades locales. A medida que los ataques armados se vuelven más comunes, las autoridades parecen no contar con un plan integral para restaurar la paz en la ciudad y garantizar la seguridad de los ciudadanos.

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