CHIAPAS

La muerte agónica de la cafeticultura en Chiapas

Bigvai Méndezcruz Cruz

Huixtla, Chiapas; 20 de noviembre de 2024. Hace más de una década, el café en Chiapas era considerado «el oro negro». Hoy, miles de hectáreas de cafetales se encuentran abandonadas, ya no son rentables, y familias enteras han emigrado, desarraigándose de sus tierras para buscar sustento como jornaleros en el norte del país o en campos agrícolas de otras regiones.

Muchos cafeticultores han optado por internarse en los Estados Unidos, desempeñándose en cualquier labor que les permita subsistir. La cafeticultura chiapaneca enfrenta múltiples problemas:

Por un lado, los programas federales que anteriormente apoyaban a los productores han desaparecido, dejando a los agricultores sin el incentivo económico necesario para trabajar sus parcelas. Por otro lado, el coyotaje sigue comprando el café a precios irrisorios, estrangulando a los pequeños productores que no cuentan con apoyo gubernamental para exportar directamente su producto y acceder a mejores precios. Aunque existen iniciativas privadas para la comercialización, no todos los cafeticultores pueden acceder a ellas.

Otro factor que contribuyó a la decadencia del sector fue el mal uso de los recursos destinados al cultivo. Algunos productores no invirtieron en sus parcelas, desviando los fondos hacia otros fines, lo que provocó el deterioro y abandono de sus plantaciones.

Además, las enfermedades han devastado los cafetales. Entre las más comunes se encuentran:

•             Muerte descendente (Phoma spp.)

•             Mal de hilachas (Pellicularia koleroga)

•             Llaga macana (Ceratocystis fimbriata)

•             Llagas radicales (Rosellinia)

•             Ojo de gallo, mancha de hierro, antracnosis, y roya.

La cafeticultura, que alguna vez fue el motor económico de la región y la actividad agrícola más importante de Chiapas, se encuentra hoy en una agonía que parece irreversible. Nadie parece dispuesto a salvarla, y su desaparición afecta no solo a los cafeticultores, sino también a las comunidades que dependían de esta noble actividad.

Es urgente una estrategia integral que rescate esta tradición agrícola y económica antes de que Chiapas pierda por completo su identidad como uno de los mayores productores de café en México.

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