Tapachula podría endeudarse con más de 200 millones de pesos sin que se conozca el destino de los recursos
– Los principales funcionarios del Ayuntamiento, están más ocupados en promoverse políticamente con miras a las elecciones de 2027
Tapachula, Chiapas; 09 de junio de 2025.- Mientras los tapachultecos enfrentan los problemas cotidianos que afectan directamente a la calidad de vida, como la escasez de agua potable, el colapso en el servicio de recolección de basura, fallas en el alumbrado público, crecimiento desmedido del ambulantaje y el repunte en la percepción de inseguridad, el Ayuntamiento de Tapachula podría adquirir una deuda de hasta 206 millones de pesos.
El endeudamiento forma parte de la autorización emitida por el Congreso del Estado, que avaló la contratación de créditos por 7,944 millones de pesos para los 124 municipios de Chiapas.
La justificación oficial es que los fondos serán destinados a obras de infraestructura social, con cargo al Fondo de Aportaciones para la Infraestructura Social (FAIS). Sin embargo, no existe hasta ahora un proyecto público detallado que explique en qué se aplicarán los recursos, cómo se priorizarán las obras, ni cómo se supervisará su ejecución.
Lo más preocupante, según voces ciudadanas, es que no hay una planeación clara ni estratégica por parte del gobierno municipal encabezado por Yamil Melgar Bravo. Mientras la deuda se cocina en oficinas gubernamentales, en las calles el deterioro es visible: drenajes colapsados y evidenciados por las recientes lluvias, obras mal ejecutadas, basureros improvisados y un descontrol del comercio informal, incluso en lugares carcanos al ayuntamiento.
Y, para colmo, los principales funcionarios del Ayuntamiento, quienes deberían atender las trabas más evidentes, están más ocupados en promoverse políticamente con miras a las elecciones de 2027, que en resolver los problemas actuales de la ciudadanía.
El endeudamiento sin rumbo, opacidad en la gestión y campañas anticipadas es visto por muchos ciudadanos como una señal de alarma.
El llamado es claro: el gobierno municipal debe rendir cuentas sobre el destino de estos recursos y garantizar que cada peso se traduzca en beneficio tangible para la población, sin repetir las prácticas de opacidad que han marcado negativamente a Tapachula en los últimos años.