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Sexoservidoras denuncian discriminación y violencia

Juan Manuel Blanco

Tapachula, Chiapas; 30 de junio de 2020.- En el estado más pobre de México y en la segunda ciudad más importante con mayor número de casos de Covid-19, Ana María, una mujer transexual, originaria de Honduras, se prostituye desde hace siete meses que llegó a la perla del Soconusco.

En esta ciudad fronteriza, hay trabajadoras sexuales migrantes de El Salvador, Guatemala, Honduras y mexicanas, en su mayoría, de la tercera edad.

Hay un promedio de más de 600 trabajadores sexuales en Tapachula que se dedican a trabajar, sin embargo, durante esta pandemia se ha incrementado en un 5 %, ya que de bares y cantinas han migrado a esta vieja actividad.

Ana María, dijo que salió del país centroamericano, huyendo de la violencia, cobro de cuotas, la discriminación, la pobreza y utilizando el sexo servicio como la única forma de obtener dinero para cruzar Centroamérica e internarse a México.

“Es mucho más difícil y complicado ya que por ser personas transexuales, ser diferentes según la sociedad a ellos, no nos dan el apoyo y no nos permiten hacer un trabajo honrado, digno y aportarle a la nación, entonces tenemos que dedicarnos a esto”.

La mujer transexual, relató que la pandemia del Covid-19, ha disminuido sus ingresos de manera severa, ya que anteriormente podían obtener de 500 a mil pesos semanales, sin embargo, ahora solo pueden obtener 200 pesos que les permite pagar pasajes y alimentos para mantener a tres o cuatro bocas.

La extranjera, denunció que en el sureño estado de Chiapas, en la ciudad más empobrecida de México, la población las discrimina, les lanzan huevos, piedras, harina y alcohol.

Ana Fernanda, es una mujer mexicana que vive sus días en situación crítica, debido a que la pandemia del Covid-19, las ha orillado a tomar medidas extremas para conseguir unos pesos.

“Nos gustaría que nos apoyaran económicamente, si se pudiera porque la estamos pasando la verdad muy mal todas nosotros nos quejamos del dinero y no solo nosotras, todo mundo se queja del dinero que no hay es que no tenemos dinero”.

Para prestar el servicio las sexoservidoras, tienen que utilizar cubre bocas, gel antibacterial, sin embargo, tienen el riesgo de contaminarse.

Coronavirus, obliga a trabajadoras del hogar a prostituirse

El coronavirus, ha obligado a mujeres de la tercera edad que se dedicaban al trabajo del hogar a ser sexoservidoras, debido al cierre de bares y cantinas, en los últimos tres meses los dejó sin empleo y sin poder obtener dinero para mantener a sus familias.

Doña Esperanza Macías, de 58 años, tiene que mantener a dos nietas.

“Pues, yo trabajo en casa, pero mis patrones se fueron de aquí y por ese motivo me forzaron a trabajar”.

La mujer, de edad avanzada, señaló que anteriormente era trabajadora doméstica, pero sus patrones se fueron de la ciudad y por ese motivo tuvo que dedicarse a la prostitución para buscar el sustento económico.

Abandonan autoridades mexicanas a sexoservidoras

De acuerdo a la organización brigada callejera, las autoridades federales, no se han acercado a brindarles alguna asesoría a las sexoservidoras, ni tampoco para entregarles medicamentos o despensas, los únicos que han brindado algún apoyo son los organismos de la sociedad civil para poder seguir ejerciendo de manera segura su actividad utilizando guantes, cubre bocas y gel antibacterial.

A las sexoservidoras, es necesario que las autoridades les brinden al menos una despensa para poder quedarse en casa un mes para afrontar la pandemia que las alejó a lugares más retirados de la mancha urbana, donde existe mayor inseguridad y violencia.

En Chiapas, la pandemia no ha detenido la prostitución, porque es vivir o morirse de Covid-19, porque son personas que tienen que vivir el día a día y sino trabajan no cuentan con un sustento económico para sus familiares.

30/06/2020