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Memoria de arte y arquitectura, reúne 30 años de imágenes del Palacio de Bellas Artes

En el marco de las celebraciones del 90 aniversario del Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Arquitectura —ubicado en el tercer piso del inmueble— alberga una parte de la exposición multidisciplinaria 90 Años del Palacio de Bellas Artes: Memoria de arte y arquitectura, la cual ofrece al público en este espacio una visión fotográfica cercana de cada rincón y detalle del recinto catalogado como Patrimonio Artístico de todos los mexicanos.
Organizada por la Secretaría de Cultura del Gobierno de México y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (INBAL), la exposición en su conjunto ofrece la historia documental de la construcción del recinto y vestigios arqueológicos encontrados en diferentes momentos (El Rincón del Tiempo), así como bocetos y vestuario de espectáculos que aquí se han presentado (Sala Internacional) y cerca de 60 fotos (Museo Nacional de Arquitectura) reproducidas desde pequeño hasta gran formato.
Tales fotos fueron tomadas por los artistas de la lente Lorena Alcaraz y Bernardo Arcos, quienes han hecho del Palacio parte de su vida y su casa, ya que a lo largo de más de 30 años de trabajo se han dedicado a tomar registro y detalle de los aspectos arquitectónicos y ornamentales del recinto, hasta los eventos artísticos realizados día a día.
El fotógrafo Bernardo Arcos expresó: “La exposición es una especie de resumen de más 30 años de intensa labor que empezó en 1994 cuando nos pidieron fotografiar las figuras y objetos de bronce que hay en el Palacio para ilustrar los programas de mano de la Orquesta Sinfónica Nacional. La foto más reciente la tomamos apenas unos días antes de inaugurar la exposición, en septiembre de 2024”.
Por ello —agregó— en esta muestra hay, además, una historia de la tecnología de la comunicación, pues la primera foto se hizo con cámara análoga, en 1994, y la más reciente, este año, con cámara digital de 50 megapixeles.
Lorena Alcaraz, por su parte, recordó: “Algunos bronces están en partes muy altas. Pedimos andamios para estar cerca y fuimos los primeros sorprendidos al estar frente a ellos y ver la riqueza de los detalles de esas obras que no vemos en el día a día. Nuestra primera hija estaba recién nacida y yo me quedaba en casa a revelar los rollos”.
Al respecto, Bernardo Arcos comentó que se despertó en ellos una fiebre por fotografiar el Palacio y comenzaron a tomar fotos hasta de los mármoles, así como de pisos y paredes, lo que para algunos parecía una locura o una extravagancia.
Lorena Alcaraz añadió que fue así como fotografiaron los mascarones y detalles de la cortina de cristal: los volcanes, nopales, órganos y otros elementos que hablan de la mexicanidad, así como la cúpula central, que tiene plasmada un águila devorando una serpiente y muchos detalles mexicanos. “Todo fue fotografía análoga”. Para eso solicitaron los andamios, pero les pidieron trabajar de las once de la noche a las cuatro o cinco de la mañana para no entorpecer las actividades del PBA. “Fueron muchas noches de trabajo así”.
Asimismo, hicieron fotos de escenario (danza, teatro, ópera, conferencias, presentaciones de libros, exposiciones, etc.), así como de algunos momentos coyunturales, como cuando se arregló el arco del proscenio, cuando se construyó el estacionamiento subterráneo o cuando se hizo la remodelación de 2010.
“Podemos decir que hemos hecho miles de fotografías. Todo lo que hacemos se entrega al INBAL, al Palacio; nosotros conservamos también —en negativo y digital— esas miles de placas y un poco más, porque lo que entregamos pasó primero por una selección”.
Emocionados, ambos artistas, pareja en la vida cotidiana, aseguraron: “El Palacio de Bellas Artes ha sido como nuestra casa. Aquí hemos vivido —trabajando— más de 30 años. Nuestras hijas pensaban que aquí vivíamos. Hoy le guardan un gran respeto al recinto: ‘es el Palacio’, dicen con admiración”.
A decir de Bernardo, ser “los fotógrafos del Palacio de Bellas Artes” es una gran responsabilidad, porque implica estar al día de los avances tecnológicos, de los personajes de la cultura, de cada libro, cada premio, cada estreno, prepararse antes de tomar cada foto.
“Poca gente tiene la oportunidad de estar tan cerca de esos detalles que esconden los rincones del Palacio, y nuestro trabajo es acercarlos al público. Hay fotos difíciles, una de ellas es la foto oficial de la Orquesta Sinfónica Nacional, o de las esculturas que están a 30 metros de altura, representan una sola oportunidad en la vida: subes, fotografías y te despides de la escultura llorando, porque no volverás a verla tan de cerca. Pero es un enorme privilegio compartirla con el público. Ese es nuestro trabajo”.
La exposición 90 Años del Palacio de Bellas Artes: Memoria de arte y arquitectura, en sus tres secciones, se puede visitar de martes a domingo, de 10:00 a 18:00 h, hasta el 30 de marzo de 2025. Admisión: $65. Domingos, entrada libre.

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