Crisis en la Cafeticultura de Chiapas: Fincas Cafetaleras Desaparecen ante la Adversidad
N. CHILEL
Tapachula Chiapas 7 de noviembre 2024. La crisis en la cafeticultura de Chiapas se hace evidente con el alarmante descenso en el número de fincas activas en la región Soconusco. De aproximadamente 35 fincas que existían, hoy solo quedan alrededor de 10 operativas, lo que refleja el impacto devastador que enfrenta este sector clave para la economía local.
Ismael Gómez Coronel, un productor de café de la región, estima que la producción de café, tanto Robusta como Arábigo, ha disminuido en más del 70%. Este desplome se traduce en una caída de la producción de 2.5 millones de quintales anuales a tan solo 1.5 millones. Entre los factores que contribuyen a esta crisis se encuentra el bajo precio ofrecido por compradores como Nestlé, lo que ha dejado a los cafeticultores en una situación insostenible.
Fincas emblemáticas como Finca Juárez, Finca Colonia, Finca Doña María, Finca Melchor Ocampo, Finca Escocia, Finca Chaparrón, Finca Guanajuato y Finca San Rafael están hoy parcial o completamente abandonadas.
La pérdida de estas fincas no solo afecta a los productores, sino que también repercute en la economía regional, donde el café ha sido durante mucho tiempo un pilar fundamental.
La inseguridad se ha convertido en un problema significativo para los cafeticultores de la región.
Gómez Coronel señala que la falta de vigilancia ha facilitado el robo en los caminos de sacacosechas, así como el acceso de delincuentes a las fincas para sustraer cosechas. Esta situación agrava aún más la crisis, sumando dificultades a un sector ya golpeado.
Además, las grandes fincas que antes producían en abundancia ahora enfrentan serias dificultades para mantenerse a flote.
El envejecimiento de los productores y la migración de los jóvenes han dejado a los finqueros sin mano de obra. “Es cada vez más difícil encontrar personas dispuestas a trabajar en el campo”, comenta Julio César Castillo, productor de Café Robusta del Soconusco.
La preocupación entre los cafeticultores no se limita a la inseguridad y la escasez de mano de obra; también se extiende a la falta de apoyo gubernamental. Desde hace más de seis años, el gobierno federal ha retirado todos los apoyos al sector cafetalero, dejando a los productores en una situación de abandono y vulnerabilidad.
Ante este panorama, es urgente la implementación de políticas efectivas que no solo busquen revertir el impacto negativo en la producción cafetalera, sino que también fortalezcan la economía de Tapachula y aseguren la sostenibilidad de este importante sector.
La crisis en la cafeticultura de Chiapas requiere atención inmediata, no solo para preservar la tradición cafetalera, sino también para proteger los medios de vida de muchas familias que dependen de este cultivo.