PURO AMOR CON LOS CHICOS DEL ICHTHUS
AL SUR CON MONTALVO
Querida Ana Karen,
Cuando las chicas y los chicos aprender lo que significa leer y escribir, dan un enorme paso a la comprensión y la aprehensión de su aprendizaje, de por vida; de todo, cuanto la escuela les transmite; es el caso de las y los alumnos del CENTRO EDUCATIVO ICHTHUS de Comitán donde la excelencia es el sello primordial.
La libertad es responsabilidad y privilegio de quienes conocen su valor y la practican bajo principios de respeto, humanismo y dignidad. Ese ambiente se respira en este Campus donde los alumnos aprenden al contacto de la Naturaleza sentados en el césped alrededor de su docente; se les observa estudiando en la biblioteca, e incluso en los pasillos de la institución la cafetería porque en ello, encuentran una gran lección: la simulación es una flecha que aniquila la razón y al corazón.
El enorme Campus está rodeado de una exuberante vegetación propicia para formar a los chicos en la cultura ambiental y la sustentabilidad de una forma experimental, tan cotidiana como sencilla que aprenden desde la primaria hasta la preparatoria; ahí, en el internado se propicia la convivencia en armonía para poner en práctica el trabajo en equipo y la formación de sólidos liderazgos.
En ese espléndido marco, llegamos a presentar el libro de AMOR Y DESAMOR en esta segunda Antología de la editorial Alma de Letras leyendo algunos pasajes de 7 autores radicados en Comitán y Venustiano Carranza de los 42 que conforman el libro que recopila 42 textos de poesía y narrativa de Amor y Desamor de escritores de España, Colombia, Perú, Venezuela, Argentina, así como de diversos estados de la República Mexicana y obviamente, de Chiapas.
Josué Nandayapa, editor de Alma de Letras, explicó la intención y motivación de esta obra al reunir a los autores que perciben y expresan el amor y desamor bajo sus propias culturas y costumbres recurriendo a vocablos, regionalismos peculiares donde las voces adquieren tonalidades y matices significativos.
Bajo la espléndida conducción de Berenice Velázquez los alumnos participaron respondiendo a preguntas puntuales sobre sus percepciones acerca de diversas situaciones en las que el amor y el desamor suele colocarnos.
Haciendo gala de inteligencia emocional y mental, los alumnos respondieron asertivamente a cada una de las preguntas formuladas por Berenice, llenando el auditorio de reflexiones, sonrisas, pensamientos y de seguro, también de evocaciones muy personales, que por supuesto, callaron. Las miradas de complicidad entre algunos, revelaban este recorrido por la adolescencia, una época brillante del despertar de los sentidos, las emociones, la rebeldía y la intensa búsqueda de identidad propia, que nos caracteriza a esta edad.
de 13 Los docentes del Centro Educativo también participaron de forma entusiasta respondiendo preguntas y llevándose un libro de cortesía por sus respuestas que despertaban la curiosidad y la admiración de los chicos, porque los grandes ya conocen las andanzas del amor y el desamor.
Así se hizo presente la colaboración de la Directora de Secundaria, la maestra Alondra Ozuna, no solamente en la organización de esta presentación del libro sino en la confianza que les infunde a los chicos donde la disciplina no es represión sino expresión de cultura y respeto a sus compañeros, docentes e invitados.
Las lecturas iniciaron con la participación de los autores de poesía de amor y desamor para pasar, después a la narrativa bajo los mismo temas. La voz de Berenice se escuchó desde las espinas clavadas del desamor, del “Adiós Necesario” “Habíamos dejado atrás los sueños, las ropas, los recuerdos, y tu risa se perdía entre los escombros de mi deseo”…
Iván Harp dedicó su poema a “Daniela” tratando de olvidarla, “Siempre evité tus calles, el de tu trabajo o tu casa; los lugares que frecuentabas; y allí estabas, en mi lugar favorito, en mi mesa favorita, tan radiante como siempre. Ya no te extraño, y aun así, ese instante me hizo pensar si alguien hoy me concediera un deseo no sería el que tú regreses, eso es demasiado pretensioso de mi parte. No te pude despedir y no te vi nunca más, sólo quisiera que me vuelvan a ese día , que me vuelvan a ese momento para despedirte como corresponde con un beso, y que mi último recuerdo de ti no sea un <<ojalá te pudras en el infierno>>”.
La narrativa de amor inició con Gabriela Domínguez quien leyó un fragmento de su obra “Querido Tú”.
“Cada día podría escribirte una carta de nos ser por la necesidad que tengo de alejarme de ti. Cada mañana abro los ojos y te recuerdo otra vez, antes de recordar a mi hijo. Me justifico diciendo que te recuerdo antes que a él, dado que el amor pasional juega un papel fundamental en la segunda adolescencia”…
Cuando le cedieron la palabra a Montalvo, o sea, a mí; un alumno leyó impecablemente con una voz clara, firme y fuerte, el primer fragmento de “15 Amores Fallidos”. Después me limité a recordarles que el amor sí es sufrido, sacrificado, dañino, tóxico o cruel, no es amor. “Al termina con una pareja, el tipo de relación cambia, pero el amor permanece para siempre. <<En una separación, no son ellas, no son ellos, sino la manera en que nunca nos enseñaron a relacionarnos hombres y mujeres, me respondió Amanda>>, terminó leyendo el joven. Finalmente, los exhorté a que busquen en los olimpos griegos y romanos a las deidades de la mitología y definan con cuál de ellos se identifican.
Damian García con el apoyo de una alumna leyeron un fragmento de “Dulce Compañía”. “Dulce compañía curas mis heridas, arreglas mis problemas. Dulce niña eres mi paraíso, el lugar donde quiero estar…”, concluyó diciendo.
José Luis Santos, hizo gala de una excelsa narrativa breve y profunda en su relato “El Peso de las Palabras”. Uno de sus párrafos dice: “Desde entonces, dejé de escribir cartas. No por rencor, sino porque entendí que las palabras, cuando no son honradas, pueden doler más que el silencio”.
Josué Nandayapa parece continuar con la zaga de su libro “Mi Extraña Favorita” al narrar en esta ocasión “Para ti, Loca, Mi Loca”, que es un fragmento de su libro “Te Olvidaré Extraviado en Nuestros Recuerdos”. El auditorio escuchó atento: “Pero hoy, la lluvia me ha obligado a encerrarme en casa y a extrañarte un poco más de lo cotidiano. Le he dado vueltas y vueltas a esta carta y no sé si enviártela o guardármela como las demás, como siempre. Es una parábola simple, tan simple como decir: «Te extraño», no obstante, hablando de nosotros, todo se vuelve complicado”.