
JEAN VOILIER BAJO LA TORMENTA
AL SUR CON MONTALVO
Querida Ana Karen,
Después de charla con Paul Valery decidí buscar a JEAN VOILIER. Me citó en pequeño bar del Barrio Pigalle, el barrio rojo de Parías, rodeado de sex-shops y cabarets. De pie frente a mí, se retiró el abrigo y la bufanda para sentarse sin quitarme la vista de encima.
—Te recuerdo bien, Montalvo; por ese día en que me confundiste con la esposa de Valery sin saber aún que yo era su amante, a quien más amo hasta su muerte.
—Si, confundí tu nombre verdadero de Jeanne Loviton con el de la esposa de Paul Valery, Jeannie Gobillard sin saber que eras la amante de Paul. Ahora sé que fuiste una mujer intensa de múltiples y escandalosas relaciones amorosas; pero fue Paul quien te amó hasta su muerte días después que le anunciaste tu boda con el editor Denöel.
— Tú lo sabes, “más fácil es encontrar un amor apasionado que una amistad perfecta”. Y respecto a los escándalos, “los malvados son como las moscas que recorren el cuerpo de los hombres y sólo se detienen en sus llagas”.
—Paul te doblaba la edad. Esa relación de casi 8 años la comprendo al leer ahora, CORONA Y CORONILLAS donde aparecen cerca de un millar de cartas y más de ciento cincuenta poemas que te dedicó Paul y que publicó, 63 años después, Jesús Munárriz en el año 2008 en la editorial Hiperión.
—También aparezco en los libros de Célia Bertin; ahí encontrarás mi historia. Me califican de ser una mujer elegante, coqueta y siempre bien relacionada; una mujer emprendedora y libre que supe manejar con igual precisión mis amores, escándalos y mis negocios. Pero “hay situaciones en la vida en que la verdad y la sencillez forman la mejor pareja”. Y otra cosa: “Los niños no tienen pasado ni futuro, por eso gozan del presente, cosa que rara vez nos ocurre a nosotros”. Sin embargo, eso fuimos nosotros.
—Entre tus amantes se encuentran Jean Giraudoux, Saint-John Perse, Curzio Malaparte, diplomáticos; hombres de Estado, así como algunas damas de la élite parisina. Finalmente el editor Robert Denoël, donde te señalaron como responsable de su asesinato.
—Esa situación se debió a la maldad de Céline, quien me acusa de ser la autora del crimen para heredar la dirección de la empresa, que, un año más tarde, fue adquirida por Gallimard. El crimen fue parcialmente aclarado por situaciones ocurridas durante la época de la Ocupación.
—En efecto, lo leí en el libro “JEANNE LOVITON Y ROBERT DENOËL, DOS AMANTES BAJO LA TORMENTA” donde Tony Jagu lo describe a detalle.
—En esa época, yo amenizaba los acontecimientos sociales, las invitaciones, los pretendientes y los encuentros con periodistas y escritores. Robert Denoël gastaba una cantidad increíble de energía en su trabajo de editor, sin hacerse grandes ilusiones sobre nuestra relación sentimental, pues yo amaba a Paul “En la sociedad, el hombre sensato es el primero que cede siempre. Por eso, los más sabios son dirigidos por los más necios y extravagantes”, así es como Robert Denöel es objeto de constantes ataques.
—Jane, tu mencionas que “la amistad no puede ir muy lejos cuando ni unos ni otros están dispuestos a perdonarse los pequeños defectos”, pero tuviste una pléyade inmensa de amigos…
—Tuve amantes, no amigos. “Los amores mueren de hastío, y el olvido los entierra”. ¿Sabes?, “Es más vergonzoso desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos”; es decir, no todos los amantes son tus amigos.
—Fuiste la musa de Paul y él opinaba sobre tus textos, ¿cómo recibías su crítica?
— Sin problema, “No admitir corrección ni consejo sobre la propia obra es pedantería”.
—Entre tus obras, puedo recordar BEAUTÉ RAISON MAJEURE (1936), JOURS DE LUMIÈRE (1938), VILLE OUVERTE (1942) y LES MANÈGES (1989). La mayor parte son sobre episodios históricos y tu postura es de resistencia al poder, el absolutismo y la tiranía.
—Célia Bertin, en sus libros acerca de mi vida, responde a todas tus dudas; uno de ellos es: JEAN VOILIER, CUANDO EL SOL REPOSA EN EL ABISMO y el otro es PORTRAIT D»UNE FEMME ROMANESQUE, JEAN VOILIER (Retrato de una Mujer Romántica).
—Lo sé, tu biógrafa te define como “una mujer del siglo XVIII, semejante a las anfitrionas de los salones que conversan al tú por tú con la flor y nata de la Enciclopedia, y una vanguardista para la primera mitad de este siglo XX con lo que tu vida prácticamente coincide al nacer en 1903 y morir en 1996” Celia Bertín te menciona como “una mujer espiritualmente emancipada e independiente económicamente gracias a tu gran capacidad de trabajo, dos condiciones imprescindibles para ser y sentirse libre. Es hermosa sin ser convencional; es alegre y hedonista; tiene un gusto impecable y, sobre todo, los recursos para sustentarlo a su antojo”.
—Y no miente, me dice Jean al tiempo de observar a un hombre elegante que entra al bar.
—Tampoco miente Dominique Bona en su obra “ESTOY LOCO POR TI”. Te leo lo que escribió: “Paul Valery un legendario escritor y poeta, esposo y amante. Un hombre indefenso que se involucra en una batalla que había jurado no volver a librar: la del corazón. Él está enamorado, y Jeanne Voilier, de treinta y cinco años, es la más terrible de las guerreras. Jean, una editora, divorciada y sin moral, cortejada por los más grandes, se vengó de sus orígenes cuando conoció a Paul Valéry. Él también había conocido a otras mujeres, pero nunca dejó que el amor rompiera la fortaleza de su mente ni dañara a su familia y su escritura. El cuerpo escultural de Jeanne, su sonrisa, su misterioso encanto lo vencerán. Es la historia de una pareja extraordinaria, talentosa, tierna, cruel, atravesada por la literatura y por la gran historia. Una historia magistral.
—Mira Montalvo, “Conviene reír sin esperar a ser dichoso, no sea que nos sorprenda la muerte sin haber reído. La muerte no llega más que una vez, pero se hace sentir en todos los momentos de la vida. Un alma grande está por encima de la injuria, de la injusticia y del dolor. La mayoría de los hombres emplean la mitad de su vida en hacer miserable la otra. Los que emplean mal su tiempo son los primeros en quejarse de su brevedad”. En eso creo.
Paul sostenía que las obras no se acaban, se abandonan, ¿Por qué lo abandonaste?
—“Nos hicimos amigos. El tiempo fortalece la amistad y debilita el amor. Hay una especie de vergüenza en ser feliz a la vista de ciertas miserias.y debo agregar que “No existe para el hombre más que una verdadera desdicha: incurrir en falta y tener motivo de censura contra sí”. “Si la pobreza es la madre de los crímenes, la falta de espíritu es su padre”.
—¿Como definirías tu relación con Paul Válery, Jean?
—“Es terrible amar a un tobogán. Anoche, ¡qué ternura, ¿verdad?, cuando caminábamos calle arriba en esta vía siniestra! Eramos verdaderamente dos vidas más al desnudo que todos los desnudos corporales y más apretadas que todos lo abrazos”
La charla termina. Jean Voiler, se coloca su bufanda y abrigo; la veo desaparecer entre las sombras de la noche y el tiempo. Sorbo el último café evocando su historia como una inolvidable cuestión de amor.
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